Justicia...

Ayer pasé el día más desesperado e inesperado.
Viaje con una orden judicial, firmada por un juez, para que me entreguen a mi nieto a la salida de la escuela y poder traérmelo aquí a Rosario por un día. Pero...me lo negaron. Ante este inesperado suceso no me quedó más remedio que ir a la comisaría del pueblo, donde dejé sentada la denuncia de no acatamiento de la orden judicial por parte de la familia paterna de mi nieto.
No podía creer lo que me estaba pasando. Una resolución judicial fue incumplida.
Con todo el dolor del mundo me acerqué hasta la escuela donde concurre Santiago y pidiendo por favor a la directora, lo pude sacar del aula y darle el abrazo más fuerte que se puede dar. El pequeñito con sus bracitos nos rodeó y no nos soltaba. Había tanto amor entre nosotros que no pude ocultar el llanto.
Dónde está la justicia? de los hombres? del Dios que dicen que existe?. Cómo puede triunfar el mal? Quién me puede dar la paz que tanto necesito? Por qué no puedo tener a mi nieto que lo he criado desde su nacimiento? Porque un padre resentido puede hacer tanto daño junto? No sólo a mi hija y a mí, si no también a Santi porque es el que más debe sufrir tanta pérdida junta... la de su mamá y la nuestra.
Me siento acorralada y no sé qué más puedo hacer al respecto. No hay razón alguna que me impida ver a mi nieto pero ocurre. Hasta cuándo voy a seguir sientiendo el corazón desgarrado una y otra vez? No puedo con tanto dolor.